Entre olas y sabores: Una aventura perfecta con Ferries del Caribe

Ferries del Caribe es una accesible experiencia de viajar para todos.

A eso de las tres de la tarde pedí un Uber que me llevó directo al Puerto Panamericano I, en San Juan, con una emoción que no recordaba desde hace tiempo. Allí me esperaba el Ferry Kydon, imponente y majestuoso, y es la manera más divertida y económica de transporte entre Puerto Rico y la República Dominicana.

Subir a bordo fue como entrar a un crucero, pero con un encanto propio: modernidad, gastronomía, entretenimiento y, sobre todo, un servicio tan amable que me hizo sentir como VIP… sin pagar los precios de lujo. Con capacidad para 1,750 pasajeros y más de 200 vehículos, esta travesía es mucho más que un simple traslado: es el inicio de una aventura perfecta.

Al llegar, los ujieres me ayudaron con las maletas y me guiaron hacia mi habitación, donde me esperaba la sorpresa de tener dos camas; el detalle perfecto para organizarme y salir a explorar. Entre restaurantes, casino, spa y salones de actividades, la sensación era clara: estaba de vacaciones antes de llegar a destino.

Paquetes que invitan a materializar las vacaciones soñadas

Ferries del Caribe no solo te transporta: crea tu escapada completa. Sus paquetes incluyen hoteles, giras, traslados y experiencias cuidadosamente diseñadas gracias a sus alianzas con más de nueve cadenas hoteleras en distintos destinos de República Dominicana. Todo coordinado para que el viajero solo tenga que dejarse llevar y disfrutar.

La experiencia en Santo Domingo

A las ocho de la mañana ya estábamos en la Zona Colonial, acompañados de un guía que narraba la historia con tanta pasión que parecía revivir cada detalle. Entre grupo de música por las calles, artesanías, abanicos pintados a mano; y si, probamos mamajuana antes del mediodía además de descubrir la esencia vibrante que se percibe del lugar.

En Antojao, un rincón gastronómico auténtico, probamos congelados de fruta fresca, café colao, maví y dulces que despertaron memorias de infancia. Luego llegó mi favorita: la Kah Kow Experience. Allí, convertidos en chocolateros por un día, seguimos cada paso para crear nuestra propia barra de chocolate desde cero. Una experiencia divertida, colaborativa y deliciosa que me llevé como recuerdo empacado con cariño.

La jornada cerró con broche de oro en el icónico restaurante Maraca, un espacio de diseño Art Deco tropical donde cada plato fue un tema de conversación en la mesa por cada exquisita mezcla de ingredientes. El servicio impecable y los sabores nos hicieron olvidar el cansancio de un día intenso. Al regresar al ferry, entre regalitos locales y una parada refrescante en “la barrita del pueblo”, ya estaba lista para continuar la aventura en alta mar.

Viajar distinto, viajar mejor

Más de 100,000 pasajeros cada año confirman lo que yo ya viví: Ferries del Caribe. Definitivamente no es solo un medio de transporte, es una experiencia que conecta culturas, economías y corazones. La organización impecable, el ambiente relajado y la oportunidad de descubrir lo mejor de dos islas caribeñas lo convierten en un viaje que vale la pena repetir.

Hoy, al mirar atrás, no recuerdo un simple traslado de San Juan a Santo Domingo. Recuerdo risas, sabores, historias y la calidez de la gente que me encontré en el camino. Y por eso te invito a ti: Agenda tu viaje con Ferries del Caribe y regálate más que unas vacaciones, una experiencia que empieza desde el mismo momento en que subes a bordo. Te lo mereces.

Next
Next

Cultura, sazón y alta gastronomía en Maraca